Esta pregunta a partir de los planteamientos de Wenger (2001) sobre práctica y comunidad puede responderse en el entendido de que el conocimiento es una construcción cuya fuente dinámica es la participación. En este sentido, el conocimiento es un constructo social de conocimientos (no existe un solo conocimiento), integrado por la participación de individuos con intereses comunes, lo cual, establece una identidad de grupo impulsado por objetivos comunes. Estos objetivos incluyen la ampliación y profundización de su práctica y conocimiento, el cual, se establece en la interacción, y se caracteriza por tener el dominio, es decir conocimiento especializado; comunidad, referido al sentido de pertenencia e identidad de los individuos dentro del grupo que permite la interrelación y el dialogo interno pero también su distinción frente a la comunidad global; y la práctica, como el campo de acción en que puede aplicarse dicho conocimiento.

Las comunidades de práctica o de aprendizaje, a diferencia de otras comunidades, están por fuera de las estructuras formales de orden jerárquico; se establecen a partir de sistemas de participación con base en la experiencia , en objetivos comunes y el trabajo colaborativo, representan un nuevo escenario de interacción social, cuya función de generar y apropiar conocimiento, reúne el aprendizaje y la practica como forma de organización desde una relación mutua. El aprendizaje implica participación y el conocimiento es un proceso de carácter social. La experiencia compartida se expresa en el proceso pero también en el producto en una dualidad que se desarrolla en medio la ‘negociación’ de significados que, alcanzan expresión en su representación, como una ‘realidad excesiva’ que se ‘cosifica’ proporcionando un ‘atajo a la comunicación’ que le permite reconocerse y proyectarse socialmente.

Los entornos virtuales tienen la capacidad de reproducir sistemas de significados sociales que se convierten en ‘artefactos’, es decir, ‘unas formas especificas de participación que contextualizan el significado’ (Wenger (2001)pg. 89), con mayor eficiencia en cuanto a velocidad, extensión y conectividad que ningún otro. Por esta razón, los espacios virtuales representan para las organizaciones la oportunidad de encontrar en el contexto de las comunidades de practica o de aprendizaje, espacios de interacción, que dinamicen y amplíen los esfuerzos por mejorar sus prácticas, compartir sus intereses e intercambiar experiencias cotidianas. Las comunidades de práctica y/o aprendizaje seguirán cumpliendo un papel cada vez mas importante para las organizaciones en la medida en que estos beneficios puedan ser evidentes para resolver necesidades y vacios cada vez mas apremiantes en los tiempos presentes.