UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE COLOMBIA

MAESTRÍA EN DIDÁCTICA DE LAS CIENCIAS

LAS TIC EN EDUCACIÓN: REDIMENSIONAMIENTO DE LAS PRÁCTICAS PEDAGÓGICAS.

KATERINE VILLAMARÍN ROBAYO

Las TIC han desafiado el contexto educativo, debido a que han generado la necesidad de ser incorporadas dentro de las prácticas pedagógicas, situación que involucra el redimensionamiento de las mismas y la reflexión sobre su pertinencia y trascendencia, además de una nueva concepción de maestro-diseñador de herramientas virtuales coherentes que garanticen el éxito en el proceso enseñanza-aprendizaje.

La práctica docente representada en la enseñanza del conocimiento, la aprehensión de conceptos y el desarrollo de habilidades por parte del estudiante, lleva al docente a reflexionar sobre ¿Qué tipo de herramientas utilizar para que el estudiante ejercite y desarrolle competencias alrededor de lo enseñado?, ante este panorama surge la necesidad de redimensionar las estrategias tradicionales que han sido implementadas tradicionalmente, pasando del tablero, el lápiz y el papel al uso participativo de herramientas virtuales innovadoras a partir de las cuales el estudiante interactúe con sus compañeros y con el docente mientras desarrolla una gama de actividades que le permiten poner en práctica lo aprendido sin tener que estar necesariamente dentro de una comunidad de práctica presencial como es el aula de clase, por el contrario, que pueda desarrollar en sus participantes el trabajo autónomo y autorregulado que demuestre su interés por aprender.

De este modo, el estudiante que aprenda dentro de entornos virtuales debe caracterizarse por ser un participante activo que construya conocimiento, que cree y desarrolle proyectos por medio de los cuales desarrolle habilidades comunicativas, científicas y tecnológicas, las cuales le permitan reflexionar en una sociedad que avanza en cuanto a la información y la comunicación dentro de una sociedad a la vanguardia que trasciende al ámbito educativo representado en las innovaciones didácticas ofrecidas por las instituciones educativas y por el docente, quien se enfrenta a la difícil labor de estar al tanto de las nuevas estrategias pedagógicas que contribuyan a enriquecer su quehacer y que le permitan a su vez despertar en los estudiantes ese deseo de conocer, de indagar y de ir mas allá de lo que se les ofrece en el aula de clases.

Por lo anterior, se destaca la importancia que ha tenido la internet, ya que ha permitido trascender espacio-temporalmente y promovido la interacción entre individuos sin una presencia física en un lugar específico, ante los anterior, las aulas virtuales han tomado auge en los colegios y universidades, ya que fomentan la participación en actividades colaborativas y cooperativas que les facilitan el desarrollo de habilidades comunicativas y la construcción de nuevo conocimiento, lo que para Riveros y Mendoza (2005: 324) supone un proceso para:

“Aplicar la tecnología informatizada mediante una planificación y siguiendo una metodología que la haga significativa para que contribuya a la integración curricular, al aprendizaje y a capacitar al docente en el uso, aplicación e integración curricular de la tecnología y la implementación de aulas virtuales que se conviertan en micromundos interactivos en la construcción de conocimiento.”

Atendiendo a lo expuesto anteriormente, el rol del educador es fundamental porque es quien encamina al estudiante hacia el conocimiento, facilitando, organizando y diseñando experiencias significativas en su proceso educativo, como es ratificado por algunos autores cuando enmarcan las funciones que debe desarrollar el profesor en los ambientes de aprendizaje que explotan las posibilidades de la comunicación mediada por el computador. Mason(1991), al igual que Heeren y Collis (1993), habla de tres roles: rol organizacional, rol social y rol intelectual. Berge (1995) los categoriza en cuatro áreas: pedagógica, social, organizacional o administrativa y técnica. Es decir, el profesor se desempeña en primera instancia como persona, después como experto en contenido promoviendo en el alumno el crecimiento personal y enfatizando en la facilitación del aprendizaje antes que en la transmisión de información. Como lo afirma Sanchez (2001:49)

“Hoy se necesita de un entrenador del conocimiento, que sirva de puente entre el aprendiz y su aprender y, por sobre todo comprenda que se necesita que el aprendiz desarrolle habilidades que le permitan crear, construir, emprender, adaptarse al cambio e incorporarse activamente a este mundo incierto y complejo que nos impresiona y nos envuelve”

Cuando se habla de una adaptación al cambio – particularmente en educación- necesariamente se relaciona con la apertura educativa a las plataformas virtuales que permiten la dinamización del proceso, por lo cual, no se pueden dejar de lado las “amenazas” que interfieren en la virtualización de la educación en las aulas colombianas (principalmente en el sector público) y que se representan en los pocos recursos económicos y de personal cualificado para construir una infraestructura tecnológica en todos los centros educativos del país, además de una constante capacitación de todos los docentes de las distintas áreas para integrar la tecnología en la enseñanza. Por otro lado, el rechazo de algunos docentes hacia la implementación de las TIC dentro de sus cátedras que por años han sido magistrales y unidireccionales por lo que no se desarrollan estrategias virtuales que permitan una adquisición interactiva del conocimiento, desde la parte operativa, se destaca la dificultad para adquirir algunas licencias de “software” que generan inversiones económicas considerables a las instituciones educativas y deben seguir con un protocolo de compra, teniendo en cuenta la pertinencia, uso y cobertura institucional, situación que debe estar regulada por la Red Integrada de Participación Educativa (RedP) que hace parte del Proyecto Transformación Pedagógica de la Escuela y la Enseñanza. Que tiene como propósitos: intensificación de los usos pedagógicos de la informática y la comunicación en las instituciones educativas, así como la promoción de la investigación sobre la incidencia de éstos en los procesos de aprendizaje. Esta red se encarga de la instalación y revisión periódica de los recursos tecnológicos e informáticos institucionales. Sin embargo, la anterior desventaja puede ser suplida con el uso de “software libre” que permiten navegar con libre acceso además de ejecutarlo, copiarlo, distribuirlo, y estudiarlo, e incluso modificar el software y distribuirlo modificado. Lo que permite al docente, brindar al estudiante herramientas virtuales además de llevarlos a tomar una posición crítica frente a la posibilidad de usar sin restricción productos y programas informáticos que contribuyan a su formación académica.

Considerando lo anterior, es importante reflexionar sobre la importancia de implementar herramientas virtuales en el aula, teniendo en cuenta los beneficios que estas pueden ofrecer al estudiante al permitirles desarrollar competencias, habilidades y destrezas en determinado campo del conocimiento. Por lo que no se debe caer en la aplicación de herramientas didácticas en entornos virtuales como simples “juegos virtuales” sino que dichas estrategias deben tener todos los elementos necesarios para que sean el medio por el cual el estudiante desarrolle y aplique lo aprendido en clase, aun sin estar presente físicamente en el aula. Por lo cual, además de contar con una plataforma y algunos computadores, se debe tener en cuenta la intencionalidad de cada una de las actividades propuestas para desarrollar y la manera en que estas van a ser monitoreadas y evaluadas. Lo anterior es claramente expuesto por Area (2008:8), al afirmar que:

“Es evidente que cuando un profesor decide emplear las nuevas tecnologías digitales en su docencia inevitablemente se está planteando nuevos retos y desafíos de su profesionalidad. Este proceso de innovación de su práctica docente no es fácil ni se logra en poco tiempo. Por ello quisiera destacar la idea básica y central de que la planificación de actividades con tecnologías no puede realizarse de modo espontáneo y azaroso, sino que debe partir de un modelo educativo que las guíe y les de coherencia.”

Para conseguir lo anterior, se debe partir de un modelo pedagógico y didáctico que fundamente el uso de las TIC representado en el uso herramientas en entornos virtuales por lo que se debe considerar: la formación de un estudiante que sea capaz de reconstruir y dar significado crítico a la información suministrada, el desarrollo de una metodología de enseñanza que se caracterice por cuestionar la pertinencia de la cátedra magistral y el uso de un libro de texto para trascender en espacios atrayentes, dentro de los cuales el estudiante investigue, interactúe y produzca, teniendo en cuenta la cantidad información que encuentra y que al mismo tiempo este en la capacidad de discernir críticamente sobre la relevancia o la poca pertinencia de la misma. Por su parte, el docente debe organizar las tareas según el nivel de complejidad que estas conllevan, la adquisición progresiva de conocimiento que se busca con éstas y la promoción de un aprendizaje colaborativo (Brown, 1993) representado en la enseñanza recíproca (Palincsar y Brown, 1984) y el método del rompecabezas (Aronson, 1978) que fundamentan sus estrategias de enseñanza-aprendizaje en la construcción conjunta del conocimiento y el desarrollo de habilidades que giran en torno a dicho proceso, los participantes (estudiantes) interactúan según sus capacidades. Por su parte, el método del rompecabezas también contribuye a la dinámica colaborativa, debido a su intención de enseñar de manera recíproca, ante lo cual los estudiantes pasan de ser entes receptores a ser especialistas en un tema que van a compartir con sus pares, en este orden de ideas y teniendo en cuenta la virtualización de la educación, los estudiantes se valen de las herramientas para interactuar en una clase, construyendo y compartiendo conocimiento.

Finalmente, se puede afirmar que el redimensionamiento de las prácticas pedagógicas no se refiere simplemente a la adecuación del plan de estudios, la asignación de tareas e investigaciones que demanden el uso de internet o el uso de espacios virtuales a partir de los cuales el estudiante se desempeñe e interactúe en línea. La intencionalidad debe ser la de desarrollar competencias comunicativas, tecnológicas, científicas e investigativas que le permitan al estudiante aprender de manera significativa poniendo en práctica sus saberes previos para construir nuevos y darlos a conocer a sus pares mediante la interacción. Con respecto al docente, desde el momento en que diseña o retoma una herramienta virtual debe tener en claro el objetivo a alcanzar, determinando los factores que influyen alrededor de la misma. De este modo, la reflexión ya no estaría relacionada con el tipo de herramientas didácticas virtuales que se pueden usar en el aula, su análisis sería la pertinencia que tienen dichas estrategias en la educación atendiendo a los avances y al progreso tecnológico sin dejar de lado algunas carencias socio-económicas especialmente presentes en la educación pública.

BIBLIOGRAFÍA:

•Area, M. (2008) Innovación Pedagógica con TIC y el desarrollo de las competencias formacionales y digitales. España: Revista Investigación en la Escuela, Nª 64, 2008.

•Brown, L. (1993) Conocimiento especializado distribuido en el aula. Buenos Aires: Amorrortu.

•Riveros, V y Mendoza, M. (2005) Bases teóricas para el uso de las TIC en educación. Venezuela: Encuentro educacional.

•Salinas, J. Innovación docente y uso de las TIC en la enseñanza universitaria. España: UOC

•Sanchez, J. (2001). Aprendizaje visible, tecnología invisible. Santiago de Chile: Ediciones Dolmen.

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